Eduardo Casanova: “Estaría muy bien acabar con la humanidad”
“Hoy he tenido un sueño súper triste. Ni siquiera era una pesadilla. Solo un sueño muy, muy, muy triste”, suspira Eduardo Casanova (Madrid, 31 años), vestido de negro, en su despacho, totalmente pintado de negro: entre la ropa y la pared, la familiar cara del cineasta y actor es prácticamente un mustio ente flotante, dos ojos azules, enormes y apagados, sumergidos en la nada. “Últimamente tengo miedo”, sigue. “Si te paras a pensarlo fríamente, no pinta muy bien la humanidad. Pensar, o sobrepensar, algo que a mí me sucede a veces, no es demasiado bueno porque lleva a la conclusión real: las cosas van… regular”